Imagina que Jesús te está cantando esta canción a ti. Él no te dice: «Primero arregla tu cuarto y luego vengo», ni «Pórtate bien una semana y luego hablamos». ¡No!
Jesús te dice: «Quiero entrar hoy, quiero quedarme contigo.» A Jesús no le importa si hoy te sientes bajito o pequeño por algo que te salió mal. Le importa que tú has hecho el esfuerzo de mirarle y seguir su camino.
La casa de Zaqueo es ahora tu corazón.
¿Cómo está la puerta de tu corazón? ¿Está abierta o cerrada? ¿Hay mucho desorden o rabia dentro que no deja espacio para Jesús?

