Jesús, te alabamos por vernos a cada uno de nosotros sin importar si somos bajitos o si nos sentimos solos.
Jesús, te alabamos porque, aunque nos escondamos o nos subamos a un árbol, Tú siempre nos miras.
Jesús, te alabamos porque nos llamas por nuestro nombre y siempre quieres quedarte en nuestro corazón.
¡Gracias, Jesús, por tu amor tan grande!

