Semana Laudato Si´

En nuestros colegios marianistas, celebrar el Mes de María no es solo una tradición: es un momento profundamente significativo que nos conecta con el corazón mismo de nuestro carisma. María, la madre de Jesús y madre nuestra, es también el modelo perfecto del discípulo misionero, aquel que escucha, acoge y se pone en camino al servicio de los demás.

No olvidemos que celebramos el mes de María en tiempo de Pascua, recordando la resurrección del Señor que llena de vida su Iglesia. María es imagen de esta Iglesia comunidad de hermanos, sencilla, que vive de la fe y se entrega con generosidad al servicio de los demás. Ella convoca a los discípulos de Jesús y los acompaña en su misión.

Los colegios marianistas no solo llevan su nombre: llevan su espíritu. Por eso, este mes lo vivimos con alegría, oración, reflexión y acciones concretas que nos acerquen a Dios y al prójimo. Al rezar juntos, al ofrecer flores, al cantar, al construir altares o escribirle cartas, le decimos a María que queremos caminar con ella, como familia marianista que somos.

María nos invita a vivir como ella: con corazón disponible, con mirada compasiva y con manos listas para servir. Que este mes sea una oportunidad para renovar nuestra fe, fortalecer nuestra comunidad y seguir construyendo, como ella, un mundo más justo, humano y fraterno.

Acciones posibles para el mes de María:

  • Altares y decoración de espacios comunes. Poner alguna imagen de María especialmente señalada y más visible. Cuidar la ambientación, decoración y entorno. Quizá añadir alguna palabra significativa.
  • Ofrendas a María. Ligado a lo anterior, hacer ofrenda de flores de distinto tipo (naturales o hechas por los alumnos y familias) que vayan engalanando el lugar. Cuidar esas ofrendas para que sea una acción auténticamente religiosa con una pedagogía litúrgica apropiada a la edad y el objetivo.
  • Concursos marianos. Dibujos, cartas, estampas. Que tengan un mensaje sencillo y, a la vez, sea significativo para la comunidad.
  • Peregrinaciones. En muchos lugares se organizan visitas particulares a templos marianos cercanos. Igual que María se pone en camino hacia la montaña y sirve a su prima Isabel, también nosotros nos dinamizamos y celebramos.
  • Dramatizaciones. En los encuentros, los alumnos pueden representar momentos más significativos de la vida de María. Desde la anunciación hasta Pentecostés. Así, a la vez que se aprenden textos y palabras esenciales, comprenden visualmente ciertos misterios.
  • Oraciones. Presentar a los alumnos, y educarnos como educadores, en las oraciones principales de nuestra tradición.
  • Mural mariano. En un lugar común, con alguna imagen significativa y que vaya haciendo historia en el colegio, dejar mensajes o referencias.

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