Camino de Adviento

Explicación de la corona de Adviento, criterios y sugerencias

Continuamos con el recorrido de oraciones de la mañana

Sesiones de EcJ de Adviento

Oración meditada para mantener viva la Esperanza, con María

Actividad WE. Recogida de alimentos, recogida de juguetes…

Acción tutorial educativa sobre la Esperanza

Guion para preparar una celebración

Sesión de EcJ preparación para Navidad

Preparación de la Navidad en familia

Presentación del tiempo de Adviento

En breve comenzaremos el tiempo litúrgico del Adviento: la espera alegre del Salvador que nació en Belén, en un humilde pesebre. Un tiempo de cuatro semanas en las que a través de distintos personajes y escenas nos educamos en dos asuntos importantes relacionados con la esperanza: por un lado, la larga espera del pueblo de Israel a lo largo de la historia, desde Moisés a los profetas y sabios; por otro lado, la esperanza inminente de quien sabe, como María, que nacerá pronto el Hijo de Dios. Las dos esperanzas se dan la mano: una prepara y camina sin ver, y la otra intuye que la realización está ya cerca.

La esperanza es una virtud que puede transformarse en hábito; es el tono propio con el que se vive este tiempo, porque en Adviento esperamos. La esperanza tiene sus propios enemigos, piedras en el camino que se deben superar: la impaciencia, la cultura de lo inmediato, el cansancio o el aburrimiento; también la sobre saturación de todo, parece que ya lo hemos visto todo, lo sabemos y conocemos todo… ya no nos queda nada que esperar… ¿existe algo que nos pueda sorprender? En esta época de confinamientos, restricciones, desastres naturales, guerras y mentiras, creemos que el Adviento es más que nunca una ocasión y una oportunidad para renovar la esperanza y anunciar que es posible un mundo mejor; tiempo para abrir un nuevo futuro, con ganas de vivir y de vivirlo; creer (como promesa, desde la fe) que el futuro va a ser mejor.

Nuestra propuesta debe presentar algo muy novedoso, inesperado y rompedor. Hay una lectura esperanzada que deja abiertas las puertas a un mundo más honesto, protagonizado por personas creativas, amantes de la naturaleza y enamoradas de la humanidad.

Pero… ¿Cómo podemos generar una cierta expectativa, una sana tensión en la espera de “algo” que sabemos con certeza que va a ocurrir y ya nos lo sabemos? Spoiler: Jesús nace. Sin embargo, ¿de qué sirve si no nace en nuestros corazones? ¿Qué esperamos cada uno de nosotros? ¿Conocemos lo que esperan o anhelan nuestros alumnos? ¿En qué cosas están poniendo su esperanza? Aquí está la novedad, la ocasión para mirarse con amor y preparar un lugar al Niño Dios, porque ningún año es como el anterior.

El tiempo de Adviento es una ocasión maravillosa para sincronizar nuestro reloj con el de Dios, con el de la comunidad y con el de los más pobres, poder levantar nuestra mirada y prestar atención a las señales.


Os proponemos algunas líneas generales para vivir este tiempo de Adviento desde distintas dimensiones:

Dimensiones

Cualquier actividad que realicemos estos días debería trabajar una o varias de estas dimensiones:

La formativa: profundizar en el significado de vivir con esperanza, insistir de formas diferentes en el sentido de la espera paciente. Por otro lado, no cansarnos de contar la historia del nacimiento de Jesús, conocer las distintas escenas que nos invitan a preparar nuestro corazón y acercarnos a las experiencias de fe de los personajes bíblicos protagonistas de estas narraciones. (Isaías, Juan Bautista, José, María…)

La espiritual: en este ámbito es interesante cultivar las actitudes de María, madre de Jesús y madre nuestra: la apertura, su disponibilidad, la capacidad de guardar lo importante y significativo en su corazón, la humidad, la alegría, la esperanza (esa espera serena de dar a luz al Salvador), la hondura en la mirada, la confianza.

La celebrativa: el tiempo de Adviento es un momento propicio para vivir la experiencia del perdón. Es un tiempo que invita a la conversión, a cambiar nuestro corazón. Es importante ofrecer celebraciones del perdón sencillas y a la vez cuidadas en su estética y en su desarrollo. Celebraciones en las que los alumnos encuentren un lugar para profundizar en la necesidad de perdón.

El encuentro: durante estas cuatro semanas podemos disfrutar de diferentes campañas navideñas que nos invitan a pensar en los demás, especialmente en los más vulnerables; tenemos la oportunidad de celebrar festivales, conciertos de villancicos, propuestas como la del amigo invisible, felicitaciones. En este tiempo la decoración toma un papel importante, intentemos buscar la belleza y no la exuberancia.

La comunitaria: para desarrollar esta dimensión podemos destacar la familia de Nazaret y hablar de la comunidad, de la familia, de los encuentros y reencuentros, pensar en las personas que pueden estar solas… Rescatar todas aquellas tradiciones que nos unen, que fomentan el encuentro familiar, como la Misa del Gallo. Animar a la Pastoral familiar a que propongan algunas iniciativas relacionadas con el Adviento y la Navidad (talleres, montaje del belén, celebraciones para bendecir el Niño Jesús…)

El tiempo de Adviento, que hoy de nuevo comenzamos, nos devuelve el horizonte de la esperanza, una esperanza que no decepciona porque está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no decepciona sencillamente porque el Señor no decepciona jamás! Él es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!

En el itinerario que te ofrecemos, encontrarás algunos materiales, pero, sobre todo, orientaciones para enfocar y estructurar todo aquello que ya realizas en tu colegio.