¡VIVE!

¡Jesús vive y llena nuestra vida de esperanza!
¡Cristo ha resucitado!
¡Esta es la mejor noticia del mundo!
Jesús está vivo y camina con nosotros cada día.

El Papa Francisco, unos días antes de su muerte, nos anunció, una vez más la gran noticia del evangelio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (EG 164).

Este es el mensaje de la Pascua, el que no puede olvidar y debe recordar todo cristiano. Se dice de muchas maneras y se adapta a los ambientes y las edades, pero el núcleo es siempre el mismo: Jesucristo Vivo. Jesús, el que murió en la cruz, vive y nos acompaña. La fe no es solo el recuerdo de un acontecimiento y de una persona de la historia sino la relación de amor con Jesús, el Hijo de Dios vivo. Y esto lo celebramos y anunciamos en la Pascua. Un anuncio que puede llenar de esperanza y vitalidad nuestras vidas.

En su homilía de la Vigilia Pascual de 2025, el Papa, que no pudo estar presente, pero sí envió el texto en el que decía:

Este anuncio, que ensancha el corazón, nos llena de esperanza. En Jesús Resucitado tenemos, en efecto, la certeza de que nuestra historia personal y el camino de la humanidad, aunque todavía inmersos en una noche donde las luces parecen débiles, están en las manos de Dios; y Él, en su gran amor, no nos dejará tambalear ni permitirá que el mal tenga la última palabra. Al mismo tiempo, esta esperanza, ya cumplida en Cristo, para nosotros sigue siendo también una meta que alcanzar; se nos ha confiado para que nos convirtamos en testigos creíbles de ella y para que el Reino de Dios se abra paso en el corazón de las mujeres y los hombres de hoy

Papa Francisco. Homilía de la Vigilia Pascual de 2025

Algunas orientaciones

Este podría ser el anuncio de Pascua. Adaptándolo a edades y momentos. Lo que no queremos es que se nos pase de largo, después de tantas energías puestas en la cuaresma, que el núcleo de nuestra fe es Jesucristo Vivo. Y esto lo celebramos en la Pascua. Este anuncio puede llenar de esperanza y vitalidad nuestras vidas.

¿Cómo se puede hacer esto? Somos conscientes de lo que cuesta cambiar inercias y generar nuevas culturas. ¡Pero cuánto bien hace! Algunos de vosotros vais a tener celebraciones de Pascua, ¡bienvenidas! Es un buen momento para el anuncio. O bien la oración de la mañana, en los primeros días de llegada después de vacaciones.

Os pido que contéis con esos -pocos o muchos- alumnos/as de nuestros coles que van a participar en la Pascua de Zaragoza. Os aseguro que es un antes y un después en su recorrido de fe -espero que este año también-. Un encuentro con ellos: escucharles, preguntarles por la Pascua y animarles a este pequeño gesto, será un modo maravilloso de acompañamiento que podéis ejercer. Además, dar esta bonita misión también a delegados de pastoral creo que es una  oportunidad.

Estos alumnos llevarán las velas. La idea es que terminen en los oratorios de cada colegio y puedan estar ahí y encenderse durante la Pascua. No olvidemos el gran saludo de la Pascua:

¡Jesucristo ha resucitado!

R: ¡Verdaderamente ha resucitado!